
domenica 20 dicembre 2009
Complotismo sin razón

sabato 12 dicembre 2009
Atrás del calentamiento global

Desde Copenhague y desde todo el mundo resuena al unísono la preocupación para el cambio climático en acto. En el caso que no vengan tomadas medidas drásticas, nos dicen, en el tiempo de 100 años podría no existir más la raza humana. De repente el mundo necesita un grande acuerdo entre los 192 países participantes del Copenaghen Climate Summit para salvar el planeta, los osos polares, y las focas monjas: por este fin se necesita reducir drásticamente las emisiones de Co2 en el atmósfera y evitar así la catástrofe. Ninguna palabra sobre la falta de pruebas científicas de la relación directa entre el aumento del Co2 y el aumento de temperaturas, ninguna palabras sobre las diversas teorías científicas que demuestran como sean los océanos y la actividad volcánica a crear el ciclo secular del clima. Tampoco se oyó hablar del manifiesto firmado por mas de 31000 científicos que desenmascaran los dogmas del global warming (1): “No hay ninguna evidencia científica que la producción humana de dióxido de carbón, metano, u otros gases naturales estén causando o causarán en un futuro prevenible, catástrofes tales hasta dañar el atmósfera terrestre o producir un cambio climático en la Tierra”, dicen los científicos.
Obama, el hombre nuevo de los poderes viejos, ha tapado sus oídos y parece mas inclinado en un nuevo acuerdo post Kyoto que incluya los Estados Unidos. El WWF ha expreso felicidad y estima por el compromiso del Presidente estadounidense sobre la cuestión climática (2): todo parece fluir hacia un buen final deseado por el mundo entero, también por los pobres “no global” que manifiestan a Copenhague. Se hará el acuerdo, el mundo se salvará y el dogma ecologista controlará finalmente nuestras vidas. Nada mas lacas para las abuelas vanidosas (contienen gas sierra), stop a las flatulencias de las vacas (muy contaminantes) y una drástica reducción de los consumos para terminar la obra. Hay en verdad algo mucho mas profundo y oscuro cuando son tomadas decisiones tan importantes para “nuestro bien”.
El protocolo de Kyoto y los futuros acuerdos de Copenhague crean un mercado de títulos de dióxido de carbón intercambiables en los mercados financieros, que los productores que crean mas contaminación tendrán que comenzar a comprar a los países mas “verdes” para poder continuar a producir como ante. La creación del mercado del carbón (carbon market) es deseada por todos los mas grandes centros financieros ya que es la posibilidad de obtener un mercado nuevo sobre el cual tirarse después de haber desbarnizado los de los cereales, del petróleo y de las casas. Goldman Sasch y J.P. Morgan están ya moviéndose hace tiempo, comprando dichos carbon offset (3), creando el temor de una nueva especulación en algunos senadores demócratas en los Estados Unidos. Según la estimación del “The Guardian” el mercado de los títulos financieros de dióxido de carbón serian en perspectiva el doble de lo del petróleo en términos de volumen de compra-venta (4). Solo una voz inesperada, aquella de Sarah Palin, ex candidata a la vice-presidencia de EE.UU, ha dicho claramente a Obama que no firme ningún acuerdo en falta de evidencias científicas que tendrán “efectos negativos sobre nuestra economía” (5). Intentamos pensar en un contexto de crisis como esto, cosa significaría para las empresas e industrias en dificultad, tener que pagar una tasa altísima para sus emisiones de Co2. Podría ser el golpe definitivo. Pero esto no preocupa los países reunidos a Copenhague: se necesita hacer este “acuerdo histórico” para salvar el planeta. De paso se creará un nuevo mercado financiero, se harán programas para reducir la producción, se establecerá un importante ente de control “ecológico”, y se condimentará el todo con una sana y drástica reducción de la población mundial.
De hecho, el dogma ecologista considera que el aumento de la temperatura sea responsabilidad de la productividad del hombre. Esta visión antropogénica no quiere ver los fallos de la teoría del calentamiento global y persigue sus fines con una voluntad indomable. Alguien mucho más grande y poderoso acciona a sus espaldas, y se le puede reconocer por la unidad de los fines. Me explico: el movimiento ecologista auspicia una reducción de la producción ya que demasiadas personas están consumiendo y produciendo a un ritmo que la tierra no puede sustentar. El hombre siendo un cuerpo extraño a la tierra hace solo que maltratarla y aprovecharla realizado así lo que llamamos global warming, causando el derretimiento del hielo ártico, una miríada de animales en extinción, la deforestación y la contaminación del medio ambiente. Entonces hay dos problemas a resolver: el numero de las personas habitantes en la tierra que han aumentados exponencialmente en el ultimo siglo y un decrecimiento económico. La segunda parte es propedéutica a la primera: significa que en un contexto de crisis económica no se hacen muchos hijos, es históricamente probado. ¿Quienes son estos señores? Un solo nombre: Thomas Malthus.
“Cada niño nacido en exceso respecto al necesario para mantener la población al nivel justo tiene inevitablemente que morir, a meno que la muerte de adultos haga lugar para el (…) entonces (…) tendríamos que facilitar, en lugar de esforzarnos estúpidamente y vanamente de impedir el modo en el cual la natura produce esta mortalidad; y si tememos las visitas demasiados frecuentes de los horrores del hambre, tenemos que dar coraje asiduamente a las otras formas de destrucción que nosotros obligamos la natura a usar. En lugar de recomendar a los pobres la higiene, tenemos que proponer el contrario. En la ciudad se necesita hacer calles mas estrechas, poner juntas mas personas en las casa, favoreciendo la vuelta de la peste. En el campo se necesita construir pueblos donde el agua es podrida, facilitando la construcción en todas las zonas palustres y malsanas. Pero sobretodo se necesita desalentar aquellas personas benévolas, pero caídas en el error, que consideran hacer un servicio a la humanidad frenando el desarrollo de la extirpación completa de los desordenes particulares” (6).
El demógrafo y filósofo ingles tanto amado por las organizaciones filantrópicas que trabajan en el tercer mundo, como la Soros Foundation o la Rockfeller Foundation, es autor de estas palabras escritas en el 1798. Atrás del oso de los glaciares que se van derritiendo, hay un grupo de rapaces asesinos que usan el pretexto del calentamiento global para conseguir sus intereses criminales.
“Si continuará el trend actual, al desarrollo demográfico y económico, el mundo del 200 será mas poblado, mas contaminado, y meno estable ecológicamente y mas vulnerable a la destrucción respecto al mundo en el cual vivimos hoy”.
El Memorandum 200 continuaba en el diseño de su plan, que después será la política actuada en los decenios pasados el los países del Tercer Mundo:
“Un crecimiento moderado de la población ofrece ventajas ya que los bienes ahorrados pueden ser o invertidos o pueden permitir un mas alto Standard de vida individual. Si disminuyen los bienes que se necesitan guardar para mantener menos niños, y el dinero que se preveía para construir escuelas, casas y hospitales, será invertido en actividades productivas, los efectos sobre el crecimiento del producto nacional bruto y sobre el bienestar individual podrían ser considerables. (…) La relación entre bienestar y baja natividad es reciproco, y puede tomar el aspecto de un circulo tanto vicioso como virtuoso. Esto lleva a preguntarse cuanto mas eficaces pueden ser las inversiones directas a controlar el nivel de la población, en lugar de incrementar la producción con nuevas irrigaciones, mayor energía y numero de fabricas.” (9)
Las teorías maltusianas y masónicas convergen con los objetivos declarados por los ecologistas anti global-warming.