sabato 10 ottobre 2009

La Derecha: un posible camino para el futuro


En la mayoría de los países de Europa hay coaliciones de derecha que están al gobierno; tomamos por ejemplo la Alemania de la indestructible Merkel o Francia del sheriff enamorado Sarkozy, para no hablar de la nuestra Italia: La situación parecería de color rosa para los conservadores del viejo continente pero pocos pueden entrever al horizonte un posible desastre: la derecha obligada a convertirse en izquierda para quedarse al poder. Mejor dicho, ¿somos seguros que la ideología liberal-liberalista sea de derecha, y que los políticos mencionados sean igualmente “de derecha”?

En primer lugar la irrefrenable subida de Fini en Italia nos indica una cosa: el pueblo de izquierda incapaz de gobernar a través del Parlamento ya ha elegido su leader después de años de feroz monoteísmo cultural. El único camino transitable es un hombre de “derecha” que hace política de izquierda (sin comillas”).

¿Por qué esta superioridad cultural? De donde nace?

Quería hacer una lista de nombres de personas que han hecho la historia de la cultura y que no son propiamente de izquierda: Platón, Aristóteles, San Agustín, Dante Alighieri, Hegel, Nieztsche, Puond. Siete nombres que la izquierda cultural, con el partido comunista a la cabeza, ha canibalizado (el ultimo aun no porque es demasiado reciente) tanto que son usados como referencias políticas (sic).

Como justamente observa M.Veneziani, las personas de derecha no leen y las personas de izquierda no leen los escritores de derecha a menos que no sean “reciclables”.


¿Que hacer entonces? Ciertamente no utilizando los parámetros de la izquierda de la cultura de masa y popular y esto hay que decirlo con claridad. El post ’68 ha solamente creado una mediocridad cultural asombrosa con la Universidad llena de felices hijos de papa, títulos regalados y maquinitas de café rodeadas de aspirantes Jovanotti. Podemos decir una cosa de derecha sin miedo: método Gentile (filosofo italiano, ver http://es.wikipedia.org/wiki/Giovanni_Gentile, ndt). La igualdad que quiere la izquierda es en realidad el peor racismo social ya que los trabajos pragmáticos son útiles cuantos los humanistas. Que el estudio vuelva a ser algo de específico como todos los otros trabajos.


Y luego se habla de tolerancia liberal y laicidad del Estado: a la simpática neutralidad del pensamiento débil nosotros oponemos un pensamiento fuerte, sin miedo de choquear, sin demoras de afirmar una verdad, aquella del orden natural.

Demostración total de la existencia divina y de su ley primaria: la vida. La izquierda quiere reducir la fe a un hecho privado creando una sociedad pacificada, tranquila, opulenta y respetuosa; en una palabra laica. ¡Cuanta gente hermosa y estudiosa de educación a la ciudadanía, esclava de la ley y de cada drama social y familiar! Menos padres para todos y mas lesbianas en común para contraer matrimonio. Nosotros al contrario, ya que somos los malos tendríamos que seguir a la letra lo que nos dice Ezra Pound: es imposible creer en algo sin invadir el terreno de los otros. Mas ideas fuertes para todos, mas vidas plenas e individualidades absolutas.

No es necesario ser clericales, sino es necesario ser laicos en el verdadero sentido de la palabra, construyendo una relación de dialogo basado en la necesaria distancia entre hombres de estado y hombres de iglesia. Un dialogo entre poderes fuertes y no la estéril rebelión juvenil de la izquierda anticlerical. Punto aun mas fundamental, a coste de tener que escribir de nuevo la historia con sentido objetivo, remachar las verdades aplastadas por la civilidad liberal, ir mas allá de la mentalidad del mal absoluto, en un sentido y en el otro. Ni fascistas ni antifascistas. ¿Y que decir del argumento “ley”? Ya que no estamos en el Grande Hermano no necesitamos reglas deshumanas, aquellas dejemolas al Antiguo Testamento y a su desarrollo último: el régimen comunista.

Apostamos todos para los valores, para la moral y la caridad, y nos encontraremos con una sociedad que no obedece porque asfixiada por el Leviatán, sino que apunta a lo alto, que es en armonía según la libertad humana que la de Dios.

Reconquistar además la palabra “diferencia”: como nota justamente Alain de Benoist la derecha es el reino de la diferencia social, cultural, familiar y nacional. La izquierda es el reino del igual, del todo reducido a no, de la paz coercitiva. No servimos el mundo sino la Patria, el conjunto de tradiciones que han caracterizado nuestro pueblo, no vamos hacia una ideología que sirve solo a paralizar las mentes sino nos dirigimos hacia una idea, la hacemos nuestra. Si la derecha en pasado ha sido o liberal o fascista, en futuro tiene que estar en medio de estas ideas sin tocarlas nunca.

O quedará solamente la disimulación.

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