
“La moneda sólida es simplemente lo que es. Sacando el poder al gobierno de manipular la moneda, se remueve la tentación del gobierno de gastar, imprimir y estafar. La moneda sólida asegura que las prioridades de nuestro gobierno serian enfocadas exclusivamente sobre aquello que podemos permitirnos. La moneda sólida, además, limita la capacidad de generar guerras de agresión. Imagina como seria cuidadosa Washington en el comenzar una guerra si no tendría estos juegos de magia financiera. La moneda corriente (fiat money) permite a los gobiernos de hacer acciones de expansión que no podrían hacer si tendrían que pagar la deuda con la moneda económica (cheap money). Hace poco la Federal Reserve ha puesto en subasta una grande cantidad de bonos del tesoro para financiar las guerras en Irak y Afganistán, juntos a nuestra carga que nos esta aplastando. La consecuente devaluación del dólar esta rápidamente erosionando nuestra imagen en el mundo como un buen partner comercial. Como consecuencia se habla más de aislamiento económico y de guerra”. (1)
Esta hubiera sido una visión auspiciable por un Presidente de los Estados Unidos, que de verdad hubiera producido un change, no solo en palabras sino con medidas económicas reales y sustanciales. El aumento del oro en los últimos tiempos es síntoma de la falta de confianza en los mercados especulativos y financieros que han enriquecido los bancos como Goldman Sachs en los ultimo años, desde cuando en el 1999 fue abolida la distinción entre bancos comerciales y bancos de inversión, creando un modelo de banco universal que podía especular con los ahorros de los ciudadanos: la abolición del Glass-Steagal Act (1933) bajo la presión del mundo financiero fue desgraciadamente obra de Bill Clinton y Robert Rubin (2).

Las razones de esta subida son varias:
1. El fracaso de los mercados especulativos de los inmuebles, derivados, cereales, petróleo, que periódicamente han sido manipulados por los financieros y por los bancos de inversión.
2. El fantasma de la inflación debida a los rescates bancarios ha estimulado la búsqueda en el mercado del oro, en oposición a la caída del dólar.
3. Algunos grandes países posesores de deuda publica, como Rusia y China han comenzado a cambiar sus reservas de dólares para conseguir oro, comprándolo en el mercado.
Específicamente este ultimo punto genera mucha preocupación, considerando las declaraciones que vienen desde Pekín, ya que se declaran dispuestos a comprar grandes cantidades de oro colocado en el mercado por el Fundo Monetario Internacional, calculado en 13 mil millones de dólares en oro, o sea 403,3 toneladas de oro (4), además de las 452 toneladas ya acumuladas desde el 2003. La China es totalmente consciente que de esta manera puede alterar los precios en el mercado llegando a dañar también a si misma. Por esto, procede con precaución a la compra, evitando bruscos realces. Si la China, mayor acreedor del mundo de la deuda estadounidense, tiene apuro para dejar atrás las montañas de dólares acumulados en estos años, significa que el punto de ruptura de la moneda USA no esta lejano. Se ha instalado un círculo vicioso, donde mas se compra oro, mas el valor del dólar baja, haciendo subir la inflación causando la depreciación de las monedas corrientes (fiat currency).
Con las tasas de interés cercanos al 0%, el oro se convierte aprovechable tanto en los periodos de deflación (pasado-presente) como de inflación (futuro muy próximo). En lugar de tener el dinero en el banco mientras es consumido por la inflación, es más conveniente invertirlos en oro que tiene un valor intrínseco, autoreferencial, no como las monedas y los billetes que dependen de las fluctuaciones de los mercados.
Parece de verdad que el oro es objeto de una nueva especulación. Nos podemos consolar que esta será la última del ciclo que estamos viviendo y será la definitiva, dado pues el valor “ultimo” del oro: quizás nos estamos acercando al destino de la República de Weimar, cuando era más conveniente quemar los billetes que comprar la leña para calentarse. El análisis del Profesor Antele Fekete, es aun mas alarmante ya que considera que el oro ha entrado en una fase que define de backwardation. En condiciones de normalidad el oro se comporta como un metal contango, o sea que su precio futuro es mayor de su precio inmediato (a causa de los costes de transporte, almacenamiento, de cambio). El Profesor cree que el 2 de Diciembre 2008, el metal amarillo comenzó a estar en una situación de backwardation, o sea que:
“ (…) existe una inequívoca escasez en la oferta de su suministro, un desabastecimiento del oro monetario o que los compradores no se fían de que en el futuro se pudiera entregar ese oro físico (...) en esta situación (backwardation), para que me entreguen 1 onza de oro hoy debería pagar, pongamos, 1.000 dólares, mientras que para que me la entreguen dos meses más tarde debería pagar una cantidad menor, 900”. (5)
Muy interesante el tema, soy casi analfabeto en estos asuntos de economía pero siento que aprendi algo, esta escrito de manera amena y sencilla, sin un lenguaje rebuscado, seguiré leyendo mi amigo. Un abrazo.
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